
Un embotellamiento con manual de instrucciones.
El día inicia a las 5am, o quizás mas temprano, las calles son bañadas de bocinas, de luces y de ruidos, sabemos que es un nuevo día, que el mismo señor en la autopista le gritara al motorizado por atravesarse en su camino, que el ejecutivo batalla con una Panamericana a reventar para llevar a su hijo a tiempo al colegio, todas estas son manifestaciones de una ciudad que crece pero se retrasa, surge pero se hunde, es un ciclo sin fin que hace de nuestras vidas un embotellamiento del cual queremos y no podemos salir.
Caracas, de toda Venezuela, es una de las ciudades mas sobrepobladas , que cada día parece quedarse mas pequeña , ya que vemos que nuestras calles, autopistas, avenidas, son un drenaje tapado que busca el plomero que lo repare, y queremos creer que resolver esta problemática es fácil, y en cierta medida lo es, solo tenemos que buscar el viejo manual de instrucciones que nadie se molesto en leer y donde vienen las indicaciones de cómo reparar este “desastre” que cada día nos asfixia mas como sociedad, alguien alguna vez menciono que donde terminan nuestros derechos comienzan los de otros, para mi, es donde terminan los derechos de uno, inician los deberes del otro, con esto quiero decir, que somos un colectivo que merece tener lo mejor de lo mejor, ya que consideramos nos esforzamos los suficiente por obtenerlo, pero ¿es del todo cierto esto?, pienso que si bien queremos tener unas calles libres de trafico, no nos esforzamos lo medianamente suficiente por ser la llave inglesa que destape esta tubería.
Culpamos al gobierno, culpamos a mama, culpamos al jefe, culpamos a todo lo que tenga 5 sentidos por delante, ¿la culpa a quien la tiene?, no!, la culpa a mi parecer es la superpoblación, es el no tener control de nuestra población vehicular, es el no cambiar las políticas estructuras, es el no comprender la mentalidad de mucha gente, que en vez de tener algún tipo de pensamiento del año 3000, se quedaron en la era de las cavernas, Venezuela, necesita gente consiente que planifique sus salidas, que proteste por el mal estado de las vías, que necesite un cambio, que se lea el tan olvidado manual de instrucciones y respete las advertencias, el trafico si lo vemos como problemática, es una muy grande, pero solo de nosotros depende el ser tan grandes como la misma y salir a sonar nuestros cláxones para que nuestra vialidad este como en domingo por la mañana o como en vacaciones escolares, un embotellamiento sin fin es una descripción un poco fea para lo que es nuestra situación, pero es la que tenemos, solo cuando nos leamos este manual que ya tiene moho en nuestra biblioteca del sentido común, es que podremos tener un pensamiento del “infinito y mas allá” y mirar 100kms a la redonda de nuestras narices para asi advertir que una vulgar cola, no se compone de 10 vehículos, se compone de una ciudad entera que poco a poco se queda sin oxigeno y sin oídos.
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